lunes, 14 de octubre de 2013

LA GUERRA DEL GAS: "¡MUERA GONZALO SÁNCHEZ DE LOZADA! ¡GAS PARA BOLIVIA!" (REPORTAJE SONORO DE RADIO PACHAMAMA 106.1. El 10, 11 Y 12 DE OCTUBRE DE 2003, EL ALTO)

LA "CARAVANA DE LA MUERTE" (11 de octubre)


Se está velando a Walter Huanca, vecino de la zona Ballivián, quien cayó el 10 de octubre, tras ataques demilitares armados contra vecinos alteños en la Plaza Ballivián. Luego de refriegas en las calles, el día sábado 11 de octubre, el gobierno de Sánchez de Lozada, ordenó la salida de convoys a través de la avenida 6 de marzo y el camino a Oruro. La caravana iba resguardada por militares que abrieron fuego contra los vecinos de Santiago Segundo, y los barrios aledaños,  hicieron una resistencia con piedras, palos y zanjas.
Así la caravana avanzaba lentamente dejando heridos por donde pasaba, casi por la noche se escuchó que los militares habían matado a un niño: Alex Llusco, de 5 años, la bala le llegó a la cabeza mientras miraba de la terraza de su casa... las laderas paceñas escucharon estas terribles noticias por las radios Erbol y Pachamama, y la indignación cundió rápidamente.
En un cielo que anochecía con helicópteros rondando y acechando por los aires, las barricadas hechas con adoquines comenzaron a aparecer por Munaypata, Avenida Kollasuyo, Cementerio, Villa Victoria, La Portada, las ráfagas de metralletas se escuchaban como con eco y los gritos de las personas. En las vigilias alteñas no se dormía y la gente se reorganizaba para continuar con el bloqueo de calles...

"LA MASACRE DE LA RAZA" (domingo, 12 de octubre)

Un vecino que logró hacer ingresar su llamada a la radio, dijo que ese 12 de octubre no era el "día de la raza", sino el día de la "masacre de la raza"... porque en su gran mayoría la gente que estaba cayendo bajo las balas del ejército, era gente migrante de las comunidades...
El aymara resonaba en las asambleas barriales y en las barricadas y vigilias alteñas... por la tarde de ese domingo ya no se sabía cuantos muertos podían haber en el camino del norte, por Río Seco y San Roque. Lo que se alcanzaba a escuchar por los reportes de los mismos vecinos, es que había gente desangrándose en las calles de Villa Ingenio, gente que necesitaba ayuda y que era trasladada en lo que se podía, desde autos particulares o de parroquias, hasta carretillas... dramáticos llamados de la gente que atendía y trasladaba heridos y fallecidos para que se abran domicilios para atender a las personas que eran recogidas en las calles... y si alguien podía tener alguna medicina para aportar también era bienvenido, entre el llanto y la desesperación y sobre todo la impotencia por saber que estaban disparando casa por casa.. hasta que apareció de manera intempestiva, dicen que por una especie de milagro o, segun otros, por la ayuda de la Pachamama, una lluvia de granizo que dispersó a las tropas...




jueves, 10 de octubre de 2013

¡Basta ya de humillaciones!. Octubre en la Memoria (Reportaje sonoro, Radio Pachamama 106.1, El Alto

Jueves 9 de octubre


"Pero nosotros hemos aprendido en 1980 a hacer nuestra lucha, pero si el gobierno una baja más existe que se atenga a las consecuencias, demasiada humillación hemos recibido ya de este gobierno ¡basta ya de humillaciones". Eran las afirmaciones de un vecino alteño ante los acontecimientos  del segundo día de paro cívico en El Alto el 9 de octubre de 2003: el contingente del Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de Huanuni, llegó a Senkata, en el ingreso a El Alto, siendo apoyado por vecinos que intentaron unirse a la movilización que debería llegar a la ciudad de La Paz, en medio de una ola de movimientos impulsados por muchas organizaciones sociales (la CSUTCB, la FSTMB, la COB, la FEJUVE, la COR, entre las más representativas).

La columna central de la marcha fue rodeada por efectivos policiales y militares mientras trataba de avanzar. Dijeron los del gobierno que el trabajador minero José Luis Atahuichi murió por un mal manejo de dinamita, y los testigos oculares del hecho afirmaban que había sido "volado" literalmente por una granada de guerra que usó el ejército. De Ramiro Vargas dijeron que era un ladrón, pero en realidad era un vecino que había ido a apoyar a la columna minera reprimida por las fuerzas del estado, y que recibió un balazo en la cabeza, una bala proveniente del arma de fuego de algún policía o militar.

Estas muertes, como tantas otras que sucedieron después, provocaron la salida aún más masiva de los vecin@s alteñ@s, frente a la militarización de El Alto, reclamando la nacionalización e industrialización del gas, y rechazando la respuesta absolutamente violenta que el estado daba a los vecinos.

Esa noche mientras se velaba y lloraba a los dos fallecidos, se gestaba una masacre de grandes dimensiones, que se desató los días siguientes...