jueves, 6 de septiembre de 2012

AUDIOS DEL MOMENTO DE LA INTERVENCIÓN POLICIAL A LA VIII MARCHA INDÍGENA Segunda parte.



Paso una vagoneta y les dijo ya hay orden!!!
Ahora!!!
Gases y balines salieron como lluvia acida rumbo al  campamento…
La represión había comenzado, las mujeres,  las wawas y la guardia habían sido los primeros en recibir los palos y las pateaduras de los policías, - habían osado estos indios empujar a los policías y hacer marchar a su canciller-
Y se escuchan disparos, y se escuchan gritos…
-es difícil escuchar esto sin que se haga un nudo en la garganta-
Los marchistas corrían al refugiarse en el monte y los gases pasaban por los lados, adelante y atrás…
Ahora pues háganse a los valientes flecheros cabrones, dice un poli…
 empezaron los golpes y patadas a la guardia indígena…
y una guerrera captura el momento y la historia de la represión fascista.
En este momento 4 policías…. Y corre. Los gases hacen su trabajo, los ojos se nublan y  respiración se hace cada vez más difícil.
-         Veni carajo, agárrenlo  dicen los polis
Y en medio de los gases se oyen voces
-         No disparen , no disparen
Y los gases entran por los cuatro lados, caen a dos metros de nosotros y la respiraciones se  hacen más difíciles…. hay que refugiarse en el monte!!!
Y en el camino hay alambrados con puntas que raspan el alma y el cuerpo de l@s marchistas, hay heridas, la sangre corre…
-         Acaban de intervenir, los policías están entrando por los dos lados.
-         No se separen, no se separen.
Y el llanto de los niños llega hasta el alma...
-mi hermanito???
- nos están rodeando a todos, han tomado todo el campamento, estamos cercados.
hijos de puta los vamos a matar, gritan los policías
Pateen ese gas!!! Pateen ese gas!!!
-         Nos están rodeando, se acercan cada vez más, están a menos de cincuenta metros…
Y los disparos no cesan.
al piso, al piso carajo!!! Gritan los polis
-Basta, basta!!! están todos en el piso, que siguen golpeando.

Y el llanto de los niños se hace desgarrador, se meten en el alma y en la memoria.

Y los polis siguen golpeando, disiparan a quemarropa al grupo de indígenas que están en el piso…
-para eso vienen a provocar, ustedes se lo buscaron
- cori!!! Métele maskin a ese!!!
- vista abajo. Vista abajo!!!
-boca al piso!!!
y  esa hora exactamente, las madres habían perdido a sus wawas…


Este trabajo ha sido hecho de forma autónoma, colectiva, autogestionada y en plena resistencia.
Tod@s somos chaskis, rebélate, piratea, difunde!!! 

domingo, 2 de septiembre de 2012

a un año de la represión a la VIII marcha indígena , LA MEMORIA VIVA E INSURRECTA!!! SOBRE LA REPRESIÓN DE CHAPARINA CARTA A EVO MORALES DE CARLA RUTILA, HIJA DE MILITANTES DEL ELN (BOLIVIA) Y VICTIMA DE DEL PLAN CONDOR.



Me siento a escribir empujada por la necesidad de expresar lo que siento ante la brutalidad acontecida el domingo en mi querida Bolivia.
Soy Carla Rutila Artes, hija de dos jóvenes revolucionarios veinteañeros que partieron hacia Bolivia por sentirla  suya. Mi mamá, Graciela Rutila Artes amó, vivió, creció y estudió en Bolivia desde los once años. Militó en las filas del ELN boliviano desde jovencita, con el compromiso de buscar mejores días, en un país por y para todos. Años más tarde es expulsada y con lágrimas en los ojos promete regresar, tiempo más tarde conoce a mi padre, Enrique Lucas López un uruguayo perteneciente a las filas de los antiguos Tupamaros del cual se enamora.
Yo nazco el 28 de junio de 1975 en un contexto oscuro, pues nuestro continente estaba lleno de gobiernos dictatoriales coordinados en lo tristemente conocido como Plan Cóndor. Ese mismo año, los 3 juntos regresamos a Bolivia, la actividad de mis padres era acompañar a la población más desfavorecida en la lucha por la democracia. Estuvieron trabajando codo a codo con indígenas, mineros y campesinos.
Mi madre participó de una huelga minera como dirigente estudiantil, el día 2 de abril de 1976  fuimos apresadas por Fuerzas de Seguridad y llevadas al Departamento de Orden Político (DOP) de Oruro, mamá fue brutalmente golpeada por agentes de seguridad, mientras  yo, de tan sólo nueve meses de vida, también era golpeada y privada del alimento indispensable. Con posterioridad, somos trasladadas a La Paz donde nos separan, ella es conducida a distintas dependencias del Ministerio del Interior Boliviano, donde continuaría siendo torturada. Yo fui ingresada en un orfelinato con nombre falso, N.N. eran mis siglas, que ya indicaban que estaba condenada a desaparecer. Mamá es depositada en la cárcel de mujeres de Viacha, la sacaron en varias ocasiones a verme al orfelinato, sobre todo cuando veían que se les moría y sabían que al verme revivía. También fui llevada en contadas ocasiones a sus sesiones de tortura, me desnudaban y ponían boca abajo asida de los piecitos y golpeada también. El día 29 de agosto del año 1976 somos entregadas en la Frontera Villazon –La Quiaca-, a las autoridades Argentinas en el marco del Plan Cóndor. Todo está probado dado que existe el radiograma de dicha entrega suscripto por el mismo Jefe del DOP. Mi padre fue asesinado el mismo año en Cochabamba.
En Argentina fuimos a parar al Centro Clandestino de Detención Automotores Orletti, recuerdo la celda donde tenían a mi madre, era fría y húmeda. Hasta el día de hoy siento el infinito amor que mi mamá me dio en esos pocos días que pudimos estar juntas. Después vino un hombre y me separó de ella, hasta ahora tengo su rostro grabado en mi memoria. Desde entonces mi madre está desaparecida en la Argentina. Mi suerte fue otra, fui apropiada por un agente del servicio de inteligencia argentino y miembro activo de la Triple A (los mismos que poco antes había asesinado al General Juan José Torres). Viviendo con él y su familia, fui sometida a toda clase de daños, psicológicos, físicos y sexuales. Apropiada, con un nombre que no era el mío y ocultada a mi verdadera familia. Recién a mis nueve años logré mi libertad gracias a mi querida abuela, Matilde Artes Company  que me recupera después de peregrinar por todo el mundo denunciando nuestra desaparición.
No puede ni imaginarse señor Presidente Evo Morales,  las cosas que he padecido a lo largo de mi vida por la mala actuación de otros.  Pero, aun así, confío en la gente que como usted ha luchado y lucha por los derechos humanos.
Me creo con derecho de hablar, ya que si usted está sentado ahí es gracias a la sangre derramada por los detenidos, torturados, secuestrados, desaparecidos y asesinados de las múltiples dictaduras. Usted está ahí gracias al coraje del pueblo boliviano y la gente de a pie,  los movimientos indígenas y sociales que confiaron en usted para encabezar un cambio esperado y soñado durante largos años.  Entre esa gente se encuentran mi padre y madre, ellos señor Morales, lucharon para que una persona como usted esté sentado en el sillón presidencial defendiendo la vida, a los más indefensos y a la madre tierra.  Realmente me ha decepcionado saber que no hace uso de ese poder concedido como debería.
Es doloroso Presidente Evo, que en democracia su gobierno haya optado por mandar fuerzas policiales contra gente que creía en usted. Estoy enterada de que a la VIII marcha indígena se le han requisado alimentos y agua, he observado cómo la gente ha sido maniatada, amordazada y humillada, estoy enterada de la desaparición de niños que escaparon ante la violenta represión a la marcha, ¿Qué les dirá a esas madres que el día de hoy buscan a sus hijos desaparecidos?, ¿Qué podrá decirles a las que hace décadas perdieron a sus hijos durante las  dictaduras? 
Pienso señor Morales, que es hora de que comience a hacer justicia  con todos nosotros, las víctimas del pasado y presente. Es  el estado boliviano el que debe reparar tanto dolor y sufrimiento. Es hora de que se comience a remendar errores porque es lo que la comunidad necesita. Demuestre una vez más que no nos equivocamos eligiéndolo Presidente y otorgándole el pleno poder de cambiar las cosas y encabezar un proceso de cambio a favor de los más necesitados, un país por y para todos, un país como el que soñaron mis padres y muchos otros, algunos ausentes y otros presentes todavía.
Por favor Presidente Evo, usted se colocó la camiseta de Juicio y Castigo en Argentina hace pocos meses, le pido con la confianza de una compañera que no permita que mi impune historia se vuelva a repetir y castigue a los responsables de la represión a la marcha indígena. Tengo la esperanza de que su liderazgo tantas veces probado  reconduzca el proceso de cambio boliviano  iniciando un diálogo con los marchistas indígenas que encuentre una solución democrática para salvar el “Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure” y respetando la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, que tantas luchas y mártires nos ha costado. Demuestre al mundo que Evo es el defensor de la madre tierra, demuestre al mundo que es usted un defensor de la vida.
Desde Buenos Aires, una víctima más del Plan Cóndor, sobreviviente al terror y  defensora de la historia, la verdad y la vida, que en estos momentos no puede permanecer callada.